sábado, 4 de octubre de 2008

C-point Beach, Sirius Cuatro, Andrómeda.

Hoy fuimos a C-point. Mañana y tarde. No caía gran cosa, pero en total nos dió unas 4 horas y pico de baño. Las olas, aunque se hicieron de rogar y costaba dios y ayuda remarlas, acababan por salir, aunque no abrían para más de un bottom apurado o una bajada desesperada con el nose pinzado. Un baño justo, muy justo, en el que el no poder coger una pared (excepto en muy contadas ocasiones, tal vez 3 o 4 en todo el dia)se volvía bastante desesperante en ocasiones. El agua, como acostumbra ultimamente, estaba muy fría (más por la mañana que por la tarde), aunque por la tarde podías notar que estaba más caliente que la temperatura ambiente (algo que le daba una nota muy invernal). Los protagonistas del tema, Tati, yo mismo y el gran George, que estrenaba su nuevo NSP 9´2" (Buf, va como una bala, a ver si lo pruebo otro dia en mejores circunstancias), además Pepe con Sarita tomando la merienda en la arena y Farruco dando vueltas por la zona, observando la fauna local, como acostumbra. No se echó, y la verdad incluso hizo bien porque iba a ser difícil que pillara algo con su tabla corta. Además de esto estaban los 4 chavales de las Softboards con los que ya coincidimos el último maretón. La verdad, estando los siete en el agua hacía que aquello pareciese Doniños o Pantín en un dia de verano, con un gentío enorme (para el tamaño minúsculo de la playa) peleándonos por coger lo poco que caía. Aún así, la nota final del dia fué bastante alta, sobretodo a nivel deportivo, ya que llegamos a casa destrozados de tanto remar para arriba y abajo.
Uno de los mejores momentos, al salir a eso de las 20:30 del agua y ver ponerse el sol tras unos árboles que hay en el margen derecho, que le daba cierto aire a postal del caribe (aunque fueran pinos en lugar de palmeras xD). El cielo, parecía una de esas botellas de sales de colores, mezclado entre rosa, amarillo pálido y varios azules. El mar, en ese momento, coloreado de malva hacía la postal todavía más extraña. Daba la impresión de salir del agua en otro planeta, la verdad.
Hay veces que no solo la luz o los colores influyen en que te sientas alguien de otro planeta, las noticias del telediario, la programación de la tele (con su Está pasando y demás) o los gilipollas con el reggetón a toda hostia al parar en el semáforo que hay delante de mi casa hacen que no solo me sienta así, sinó que también desee marcharme bien lejos de esta sociedad podrida y contagiosa que poco tiene que ofrecerme.
Pena que el 206 tenga jodido el hiperespacio. Que le vamos a hacer. De momento, aquí me quedo.
Un saúdo.

2 comentarios:

Xabre dijo...

Nosotros no necesitaos huir al Hiberespacio..... nosotros nos quedamos anclados en cuando eramos felices y la arena no era eso que te ensucia la tapicería......
Quedamos anquilosados a una época y un sentimiento, y ahora lo pagamos duramente!

Nacho dijo...

Como siempre, tienes razón maese xabre.
Realmente no es un precio demasiado alto para pagar. Ojalá todo el mundo pudiera anclarse en un tiempo en el que fue feliz...
Yo creo que nos pasa un poco lo que decía Siniestro total (que lo habrían sacado de otro sitio fijo), aquello de "Hay otros mundos, pero están en este"...Ahí están nuestros pequeños planetas personales donde los problemas del dia a dia acaban siendo nuestras Guerras Mundiales y los logros personales esos pequeños pasos para el hombre pero gigantes para la humanidad.
Ojalá mantengamos ese sentimiento cálido en el corazón hasta que se pare y ya no podamos lamentar su enfriamiento, y que aquell@s que nos rodean puedan disfrutar de nosotros tanto como nosotros disfrutamos de ell@s...
Un saúdo.