Bajo la lluvia, sobre el mar...

Tras el que haya sido uno de los mejores dias de surf que recuerdo llego a vosotros con una sonrisa de oreja a oreja.
El dia no estaba bueno, las olas no prometían demasiado, pero, por lo menos, la compañía era buena y merecía un buen baño. Partimos hacia la costa de Valdoviño, Pantín , y muchos otros etcéteras...no nos convencía lo que veíamos y, tras un rule de una hora o así en coche de aquí para allá, nos decidimos por Lago (el medio de Valdoviño) ¡BENDITA IDEA!
Estábamos Johnnie (Magnum Pi) y Beni, bodyboarder de pro (que espero que no sea la última vez que venga con nosotros) que tiene el mar abandonado por la carretera y la bici, pero que sigue manteniendo un buen nivel a la hora de surfear... el caso fué que, nada más entrar en la playa, nos encontramos con Angel: uno de estos de hace años, que, al igual que nosotros había colgado los trastos del surf tras alguna mala experiencia y que ahora, vuelve a su estado natural con su flamante Minimalibú ...
Allí nos echamos los cuatro y nos hinchamos de pillar olas. Si Valdoviño es una playa bonita cuando da el sol, esa belleza se multiplica por mil los dias de niebla y lluvia. Parecía que estabamos pillando olas en un lugar fuera del tiempo y el espacio. Alucinante, de verdad.
Salimos del agua alrededor de las diez de la noche y, aunque destrozado por el baño, el camino hasta el coche fué impresionante tambien... Según iba andando (salí un poco antes que los otros, que ya no podía con el alma) asomó el sol entre unos enormes nubarrones y las plantas que hay a ambos lados del paseo de madera comenzaron a regalarme unos aromas flipantes, que mezclados con el entorno, la luz y la semisoledad en la que me encontraba hicieron que me fuese para el coche riendo como si estuviese pasado de algo.

Dias de olas hay muchos. Sensaciones como esta, pocas.

Impresionante Lago.